domingo, 13 de mayo de 2012

Francisco Ayala: un mundo en un pañuelo




(Buenos Aires)

El diseñador argentino Francisco Ayala, quien participó
en varias mesas redondas y diálogos, organizados por esta
revista, presentó su colección otoño-invierno 2012 que bien
puede definirse como "un mundo en un pañuelo".
Francisco Ayala y un mundo en un pañuelo

"Desde el principio de los tiempos, los pueblos han vestido rectángulos anudados de distintas formas y envueltos de diferentes maneras para expresar sus paradigmas y definir su idea de elegancia. Así el chitón griego, con  mayor cantidad de pliegues marcaba el status en el mundo antiguo, y el pareo de los Mares del Sur, con sus variadas posibilidades al atarlo, la procedencia de una determinada isla. A su vez  todas las culturas han dejado plasmadas en los textiles historias que provienen de la sabiduría de sus antepasados, estampando animales, plantas o dibujos propiciatorios. La globalización acerca hoy, a cualquier latitud, estos ecos transformados y recreados con la innovación de los distintos creadores de la moda.
Francisco Ayala ha recogido en su propuesta 2012 el ímpetu de las guardas geométricas precolombinas, a las que ya nos tiene acostumbradas, pero esta vez dotándolos de una moldería que retoma también las formas primeras. Parte de rectángulos y cuadrados como en las más antiguas civilizaciones, para recortar amplias siluetas, sólo ajustables en la cintura, con lo que sus diseños son aptos para todo tipo de figuras.
De los pueblos andinos, creadores del uncu, (pieza semejante a un poncho frecuente entre los Incas) Ayala ha tomado su nobleza de adaptación, y en las distintas aproximaciones lo ha modificado, acortado, estilizado a fin de que valga como detalle principal del vestido. Las innumerables posibilidades de colocación permiten a la mujer que lo usa completar la creación, ya que son transformables al variar de posición, a modo de cuello, abrigo, chal, mangas, strapless, manto o pañuelo.
Sobre texturas ligeras de gasas y telas aterciopeladas con pesos considerablemente distintos, derrama desde abstracciones de colorido étnico pintadas a mano, a flores bordadas en el más puro Art Nouveau. Porque todo se une en su espíritu de trabajo.
No en vano las horas de Ayala transcurren entre el taller de diseño de prendas personalizadas, (dedica horas al conocimiento del cliente), el estudio de los textos de iconografía que atesora y la asistencia a conferencias de temas tan disímiles como las túnicas Inca-Huari  o las jilabas marroquíes.
El mismo fervor lo llevó a ser el diseñador del vestuario de Juan Moreira, estrenado en el 2011 por el Ballet Folklórico Nacional y también de los trajes de Hamutay para el Ballet Contemporáneo Nacional.
Las pinturas de sus vestidos ahondan en el pasado latinoamericano, en el arte oriental contemporáneo o en ciclos de la España Mora y suman a sus  inspiraciones la delicadeza de la confección. Esto le ha valido el reconocimiento de los milaneses en la última Feria del Prêt à Porter  marzo 2012). Allí sus creaciones han sido calificadas como “meraviglia di artigianato e laboro”. Sus vestidos poseen la distinción Marca País, otorgada por la Cancillería y ha exhibido sus colecciones en Colombia, Ecuador, Perú, Estado Unidos y Europa.
Ahora va más allá de las simbologías de poder del jaguar del incario y de las serpientes de Aguada, para adherir a otras improntas regionales, reelaborando imágenes del Chaco santiagueño, así como también de la Antigua Grecia , la Roma Imperial o de la Secesión vienesa.
Porque entiende que inmensa como es la tierra, todos formamos parte ya de encuentros de estéticas multiétnicas con sus infinitos mensajes y vemos con ojos nuevos tradiciones de momentos del pasado. Para Ayala la expresión de la singularidad, debe agregarla hoy, cada uno con su modo personal. En la colección 2012 solo es suficiente modificar la manera de poner estas “piezas-pañuelo” para cambiar completamente el modelo. Estas prendas tienen entonces la posibilidad de ser “convertibles” en algo particular, según decida cada mujer.
Francisco Ayala, ha basado la idea de esta colección en túnicas, foulards y ponchos totalmente versátiles y así nos confirma que aunque amplio y fantástico “el mundo es un pañuelo”."


Diana Avellaneda
Lic. en Historia de las Artes